La familia es una institución educativa en constante cambio que ha experimentado una revolución en su papel y función educativa debido a los cambios sociales y en las propias familias. A pesar de la crisis que se ha dado en la familia, sigue siendo el ambiente más adecuado para el desarrollo de una personalidad infantil sana. En la familia se promueve el primer nivel de socialización, valores, responsabilidad, motivación, cumplimiento de normas, autocontrol, equilibrio emocional, desarrollo social y creciente autonomía.
La relación entre la familia y la escuela ha sido objeto de investigación, y se han identificado tres modelos de familias en la clase media y media-baja en su relación con los centros educativos: el modelo patriarcal, el modelo disciplinario-normalizado y el modelo de familias en transición. Cada uno de ellos tiene su propia forma de educar a sus hijos, aunque el modelo de familias en transición es el más común y se adapta a las circunstancias de cada familia.
La parentalidad positiva es el comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, cuyo objetivo es promover relaciones positivas entre padres e hijos, garantizar los derechos del menor y optimizar su desarrollo potencial y bienestar. La socialización primaria en la familia es clave para la construcción de futuros ciudadanos adultos responsables y comprometidos con los cambios sociales. Los Estados miembros del Consejo de Europa deben proporcionar a los padres los mecanismos de apoyo suficientes para cumplir sus importantes responsabilidades en la crianza y educación de sus hijos. Los principios de actuación generales que conforman la columna vertebral de la parentalidad positiva son: vínculos afectivos cálidos, protectores y estables, entorno estructurado con normas y valores, estimulación y apoyo al aprendizaje cotidiano y escolar, reconocimiento del valor de los hijos e hijas y capacitación de los hijos e hijas como agentes activos y capaces de cambiar las cosas.
En conclusión, la familia sigue siendo una institución educativa clave en la formación y desarrollo de los niños y niñas. Es importante que los padres y madres asuman su papel de manera positiva y que se establezcan mecanismos de apoyo para garantizar el bienestar y desarrollo de los menores. La relación entre la familia y la escuela también es crucial para lograr una educación integral y completa.
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